La parte buena.

La vida es efímera, o eso dicen: "ha vivir que son dos días". Pero en esos dos días da tiempo ha hacer demasiadas cosas. Algunas buenas, otras malas, de las que nos tenemos que arrepentir y de las que no. De las que nos avergonzamos, y de las que nos damos por satisfechos. Pero sea como sea, te sientas como te sientas, ya están echas y no hay vuelta atrás. Cada acción tiene su reacción, como dijo seguramente alguien importante.
Si no sale bien, no te preocupes, es cierto que no lo puedes hacer desaparecer, pero puedes darle la vuelta para ver el lado bueno.
La vida es una caja de sorpresas en la que has de meter la mano a ciegas.
Solo hay que tener buena suerte y saber diferenciar lo correcto de lo que no lo es.
Recuerda: el futuro no es más que el resultado del presente

Sin rendición

Justo cuando todo parece perfecto, cuando piensas que tu vida no podría ser mejor, sale algo, aparece de la nada, y como no, hace que todo se derrumbe, te das cuenta de lo necia que has sido, de que tu vida no era ni mucho menos perfecta, que la perfección llega ahora.
Y lo tienes que perseguir, sin rendirte, un solo movimiento en falso y todo se podría echar a perder.
Una sola palabra, mirada, caricia, y todo sobrepasaría la perfección.

No te rindas. Cuando todo parece imposible, tienes que pensar que no lo es.